martes, 29 de enero de 2013

OTRO CIELO (Horacio Rega Molina)

Digo cielo. Y si no fuera
porque todo está dicho y repetido,
tendría la ilusión de que yo he sido
el que así lo llamó por vez primera.

Quien dice cielo y al decirlo espera
llenar de dulce música su oído.
Y quien, por repetirlo, un bien perdido
como por un milagro recupera.

Ése descubre el cielo y lo bautiza
cada vez que lo nombra, y que su pura
substancia en sus entrañas cristaliza.

Pero el que dice cielo y se desposa
con lo que ven sus ojos en la altura
no ha dicho nada. El cielo es otra cosa.

(en Sonetos con sentencia de muerte,  1940)

domingo, 27 de enero de 2013

LOS QUE VIVEN POR SUS MANOS (César Rojas)


(fragmento)     

       I-                                                                              


las   mujeres
en mi familia
lavaron

agua
jabón de pan
latón
la tabla de madera
a medias hundida
en el agua que se tiñe
de a poco
por el humo blanco
del jabón

las mujeres
temprano
en la mañana
lavaron


                               lo primero que se siente
                                    es el olor acre
                                       y dulce del
                                                    jabón
                                                                  subiendo

                                               las manos en el agua
                                                           fría
                                                 estrujan la ropa
                                                   la llevan contra el amor
                                                     áspero de la tabla
                                                   y allí la tienen
                                                          ida y vuelta
                                                             algún tiempo              
                                                          para luego
                                                            dejarla descansar











las manos
al comienzo se enfrían
luego se ponen coloradas
la sangre despertando
revelándose contra
la cercanía de la escarcha

las mujeres
en mi familia
lavaron y plancharon
  para afuera
se decía entonces
sintiendo que
         el adentro
            menguaba



pero había también

      el alambre

de lado a lado de los árboles
   estaqueado con un palo
al centro para que el peso
  no venciera el tendido


                                                  la ropa flotando al sol
   
                                                     pájaros ajenos
                                                   devueltos a la blancura
                                                     por manos silenciosas


se esperaba
que hubiera buen tiempo
que secase rápido
que la señora
mandara a buscar
por la tarde


claro está
que todo esto
no alcanza para construir
           un pasado
de mujeres que lavaban
temprano en la mañana


                   
             
                 




           los  nombres que mi abuela
           no dijo
           lo que mis tías
           callaban junto al fuego

                                 se iba con el agua



           se sabía que los hombres
           llevaban y traían escondida
           una palabra terrible
breve
          fría como un pez


las mujeres
en mi familia

lavaron y plancharon

cuando la palabra
falta
               el gesto canta


jueves, 24 de enero de 2013

ODA A LA PAMPA (Ricardo Molinari)


                                                                                                Doquier cielo i soledades
                                                                                                de Dios solo conocidas,
                                                                                                que él solo puede sondear.

                                                                                                                 ECHEVERRÍA

                                                   I

Junto a tus lejanías quietas e igual a una palmera, parado y batido por el viento del cielo en la tarde,
te miro, patria, y la sonriente ternura de la muerte llama por mis ojos
a los escondidos sueños.

Los altos y amarillos pastos vuelven hacia el sol poniente las ríspidas hojas y la aheleada espiga desnuda,
y ascienden los últimos pájaros por el espacio;
y salido y pegado en ti, sostenido, busco tu horrible nostalgia transparente
y mi sombra sobre la nación, vacilante y detenida.
¡El ánade solitario es como mi corazón rosado en marzo!

En ti, patria, desciendo como la luz, y en ti, vuelvo hacia dentro igual a una tempestad;
llamo, y sólo las sutiles hierbas me oyen y sienten pasar como una ráfaga también perdida.
¡Oh, nubes, vacíos grandes, y las desesperadas planicies donde el viento, sin descanso, en el viento habita!
Y sólo a ti, melancolía madre, llega el corazón del hombre, de tus hijos,
de tus penumbras ardientes. ¡Y sólo a ti, patria, queremos!

¡Y solo vuela el ánade en marzo!


                                                   II

El viento corre detrás del verano y arrastra el polvo fino, la semilla de las negras hierbas,
y el día es hermoso y suave como una flor en la apretada claridad del aire.

La luz mueve su abierta corona sin ver la sombra de sus cabellos en la llanura,
y sin oír las secas y murmurantes aguas, ni sentir el soplo sombrío entre unas brillantes cañas.

Sola la memoria canta olvidada:

                    El viento de la tarde
                         silbando andaba,
                    como pájaro oscuro
                         en fresca rama.
                    Este es el triunfo, madre,
                         de enamorado,
                     las penitas afuera,
                     aire liviano.

                     Ciega se estaba el agua
                           mirando el alma,
                     dicen que dulce y tersas
                             se conversaban.
                     Este es el triunfo, madre,
                              que no termina;
                     más quiero olvido, sueño,
                              que despedida.

                      El viento de la noche
                               la mar velaba,
                      remando solitario
                               en negra cama.
                      Este es el triunfo, madre,
                               del tiempo frío;
                      del corazón que a veces
                               canta perdido.

                      ¡Y qué bonito el aire,
                                madre, en el aire!

¡Y solo remonta el ánade en marzo!


                                                   III

Vuelto y retornado a ti, miro tu ansiedad abandonada y el romper de golpe de las estaciones,
unas con las lluvias y devorantes nieblas, y otras, ya en el resplandor de las flores y el levantar de los patos silvestres por el firmamento;
allí, donde la perdiz canta escondida y sube temblando como el agua.

Escogido, te prefiero a ti sin amargura, temporal sobre la tierra, nombrado y olvidado,
y antiguo igual al fuego entre las llamas, miro mi pasada suerte en el ocio, en el vagar
por tus nubes, como tus pájaros de las planicies.

¡Y llega el otoño, y ya oigo el retumbar
del tambor de la tormenta en el desierto!


(en Unida noche, 1957)



lunes, 21 de enero de 2013

EL MAL DE SÍ (Néstor Perlongher)

Detente, muerte:
                           tu infernal chorreado
escampar hace las estanterías,
la purulenta salvia los baldíos
de cremoso torpor tiñe y derrite
ausentando los cuerpos en los campos:
los cuerpos carcomidos en los campos barridos por la lepra.

Ya no se puede disertar.

Ve, muerte, a ti.
Enconchate sin disparar el estallido de la cápsula.
Escondida que no seas descubierta.
Pues una vez presente todo lo vuelves ausencia.
Ausencia gris, ausencia chata, ausencia dolorosa del que falta.

No es lo que falta, es lo que sobra, lo que no duele.
Aquello que excede la austeridad taimada de las cosas
o que desborda desdoblando la mezquindad del alma prisionera.
Mientras estamos dentro de nosotros duele el alma,
duele ese estarse sin palabras suspendido en la higuera
como un noctámbulo extraviado.

(en Chorreo de las iluminaciones, 1992)

jueves, 17 de enero de 2013

POR EL VERANO (Marylin Contardi)

El agua
es ese cuerpo vivo
que se desliza en nosotros
con la limpia sagacidad
de la serpiente.
En la sombra húmeda corre
con los ojos brillantes
bajo la luna, antes
de congelarse el rocío a la madrugada.

Esa aspereza
ruda y vívida que sentimos
no es para pensar que soportamos
inmerecidamente el arco voltaico
chispeando frente a nuestros ojos.

O el águila
navegando en la comba del cielo,
tangente al meridiano del astro
que deriva entre rumores de Universo.

Somnoliento, pesado, el verano
deja su estela en el aire. En el soplo
ardido del viento en la rama.

La música del ocaso
se oye vibrando en la cuerda única
de las acacias.

Frente a la puerta
la luz sale a cazar figuras
con dedos invisibles.

Cae la mariposa
en la llama, revolotea el pájaro
bajo la red, se desangra por el ala.
Y el canto del verano
vuela sin inmutarse
por el ocaso violeta

condenado a vagar en su esplendor, aun
por encima de los incomprensibles sufrimientos.


(en El estrecho límite, 1992)

lunes, 14 de enero de 2013

OCTUBRE (José Ángel Valente)



Hay una leve luz caída
entre las hojas de la tarde.
Dame
tu mano y cruza
de puntillas conmigo
para nunca pisarla,
para no arder tan tenue
en sus dormidas brasas
y consumirte lenta
en el perfil del aire.

sábado, 12 de enero de 2013

LA BUENA VIDA (Mark Strand)


Estás parado junto a la ventana.
Afuera hay una nube de vidrio que parece un corazón.
Los suspiros del viento son como cuevas entre tus palabras.
Sos el fantasma en ese árbol de afuera.

La calle está en silencio.
El tiempo, de la misma manera en que el mañana y que tu vida,
parcialmente está acá, parcialmente en el aire.
No podés hacer nada.

La buena vida llega sin aviso:
erosiona los climas de la desesperación
y se presenta, a pie, de incógnito, sin ofrecerte nada,
y vos estás ahí.


(Traducción de Ezequiel Zaidenwerg)




The Good Life

You stand at the window.
There is a glass cloud in the shape of a heart.
There are the wind’s sighs that are like caves in your speech.
You are the ghost in the tree outside.

The street is quiet.
The weather, like tomorrow, like your life,
is partially here, partially up in the air.
There is nothing that you can do.

The good life gives no warning.
It weathers the climates of despair
and appears, on foot, unrecognized, offering nothing,
and you are there.



martes, 8 de enero de 2013

SEQUENTIA (Edoardo Sanguineti)


íncipit sequentia sequentiarum, quae est música musicarum,
                secundum Lucianum:

1.
y aquí comienza tu deseo, que es el delirio de mi deseo:
                la música es el deseo de los deseos:

2.
he escuchado cadenas de colores, musculosamente agresivos:
                he tocado tus rudos ruidos rígidos:

3.
quiero tus palabras: y quiero destruirlas con prisa, a tus palabras:
                y quiero destruirme, a mí, finalmente, verdaderamente:

4.
me dibujo contra tus tantos espejos, me modifico con mis venas,
                con mis pies: me cierro dentro de todos tus ojos:

5.
te digo: por qué? por qué? y soy la mueca seca de un clown:
                por qué quieres saber, te digo, por qué te digo por qué?

6.
mi caprichoso furor fue ya tu lívida calma:
                mi canción será tu silencio lentísimo:

7.
tu perfil es mi paisaje frenético, tenido a distancia:
                es un falso fuego de amor, que es mínimo: muerto:

8.
he multiplicado por ti mis voces, mis vocablos, mis vocales:
                y grito, ahora, que eres mi vocativo:

9.
eres inestable e inmóvil, mi frágil fractal:
                eres tú, mi rota forma que tiembla:

9 bis.
mi forma frágil, eres inestable e inmóvil:
                eres tú, mi roto fractal que regresa y tiembla:

10.
describe mis confines, y estréchame en ecos, en reflejos:
                de lejos, y desenvueltamente, vuélveme mí, tú, para mí:

11.
te reencuentro, mi pueril pseudodanza innatural:
                te cierro en un corazón, en un cerco: y te interrumpo, te rompo:

12.
me muevo despacito, te desfaceto, exploro tus faces, te palpo, meditabundo:
                te vuelvo y te revuelvo, variándote, temblando: te atormento, tremendo:


(en Stravaganze, 1992-1996)



Sequentia

íncipit sequentia sequentiarum, quae est música musicarum,
                secundum Lucianum:

1.
e qui incomincia il tuo desiderio, che è il delirio del mio desiderio:
                la música è il desiderio dei desideri:

2.
ho ascoltato catene di colori, muscolosamente aggresivi:
                ho toccato i tuoi ruvidi rumori rigidi:

3.
voglio le tue parole: e voglio distruggerle in fretta, le tue parole:
                e voglio distruggermi, me, finalmente, veramente:

4.
mi disegno contro i tuoi tanti specchi, mi modifico con le mie vene,
                con i miei piedi: mi chiudo dentro tutti i tuoi occhi:

5.
ti dico: peché? perché? e sono la secca smorfia di un clown:
                perché voui sapere, ti dico, perché di dico perché?

6.
il mio capriccioso furore fu già la tua lívida calma:
                la mia canzone sarà il tuo silenzio lentissimo:

7.
il tuo profilo è un mio paesaggio frenético, tenuto a distanza:
                è un falso fuoco d’amore, che è minimo: è morto:

8.
ho moltiplicato per te le mie voci, y miei vocaboli, le mie vocali:
                e grido, adesso, che sei il mio vocativo:

9.
sei instabile e immobile, mio fragile frattale:
                sei tu, questa mia infranta forma che trema:

9 bis.
mia forma fragile, si instabile e immobile:
                sei tu, questo mio infranto frattale che ritorna e che trema:

10.
descrivi i miei confini, e stringimi in echi, in riflessi:
                a lungo, e disinvoltamente, diventami me, tu, per me:

11.
ti ritrovo, mia puerile pseudodanza innaturale:
                ti chiudo in un cuore, in un cerchio: e ti interrompo, ti rompo:

12.
mi muovo piano piano, ti sfaccetto, ti esploro le facce, ti palpo, meditabondo:
                ti volto e rivolto, variandoti, tremando: ti tormento, tremendo:

sábado, 5 de enero de 2013

EL RUIDO DE LAS OLAS (Arnaldo Calveyra)


I
El ruido de las olas inventando espacio aquí caigo aquí me levanto desde el mar hacia la costa

el retumbar de la pelota que va y que viene de paleta a paleta

el caucho que hace que rebote y se presente ante el rebote de la otra, alternativamente vaciarlas como se vacía el horizonte de una imagen, gozar, reír, tantear el aire

son invitados de la naturaleza.

¿Y el brazo tan alerta del jugador de la derecha? ¿y la arena entrando en juego?

como las manos y los brazos de esas manos, la pelota ávida es, lo mismo que el sol, una distancia, escaramuzas y amistades para el oído

elegías para el cuerpo de dos hombres activándose hacia su propio acabamiento

II
¿Quién de los dos jugadores ganará el partido al parecer sin consecuencia para las olas, para la pelota, para las paletas?, ¿sin consecuencia para las olas, ni para la pelota, ni para las paletas ni para el sol que es distancia ni para los propios jugadores?, ¿sin consecuencia para la economía del universo? ¿sin consecuencia para las nubes?

III
"El hombre muere", dicen las paletas trabadas en duelo amistoso, "pero antes de morirse juega", así, las vemos activarse en medio de los llamados de los jugadores, atraerse y rechazarse, disputar el partido como si nada ni nadie las obligara a entrar en el juego. ¿Pero quién de ellos sabe que se muere: el jugador de la derecha, el segundo jugador, las palabras que los atraen y los rechazan, las olas que con el llegar se van, la pelota, la pelota, la paleta, las paletas?, ¿quién de todos ellos sabe que se muere, escribe en el aire de la tarde: "uno muere, morimos"?

IV
¿Juegan por propia iniciativa? ¿Lo mismo de perecedera la pelota que los hombres que con ella juegan?, ¿saben las olas que van al muere?, ¿el que juega no muere?, ¿los cachorros de perro no juegan?, ¿y pelota, paleta, jugadores, sol, mar, arena, no abandonan, entrando en la ronda, la cadena de los hechos, danzando no se salen del tiempo sucesivo, así jugando no abandonan la cadena de efectos y de causas?

martes, 1 de enero de 2013

PASO DE ADIÓS (Cristina Campo)


PASO DE ADIÓS

                    For year’s words belong to last year’s language
                    and next year’s words await another voice.


Se doblan los blancos vestidos de verano
y tú desciendes al reloj de sol,
suave octubre, y a los nidos.

Tiembla el último canto en la azotea
donde era sol la sombra y sombra el sol,
entre los afanes sosegados.

Y mientras, tibia, se rezaga la rosa
la amarga baya destila ya el sabor
de sonrientes adioses.

(Traducción de Clara Janés)


PASSO D’ADDIO

                    For year’s words belong to last year’s language
                    and next year’s words await another voice.
  
Si ripiegano i bianchi abiti estivi
e tu discendi sulla meridiana,
dolce Ottobre, e sui nidi.

Trema l’ultimo canto nelle altane
dove sole era l’ombra ed ombra il sole,
tra gli afán sopiti.

E mentre indugia trepida la rosa
l’amara bacca già stilla il sapore
dei sorridenti addii.